Empresas bajo la lupa: En Chile se valora más acciones ambientales concretas que filantropía comunitaria de las empresas
2025-09-10
Una ciudadanía exigente y la presión de la Ley REP
En febrero de este año, el debate sobre la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) volvió a instalarse con fuerza. A casi una década de su promulgación, el país evalúa los logros y desafíos de la normativa que obliga a empresas a hacerse cargo de los residuos que generan. El trasfondo es claro: la ciudadanía espera que la regulación se traduzca en acciones concretas y verificables en la operación de las empresa frente al cambio climático.
La Encuesta PAIS 2025, realizada por la Dirección de Estudios Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (DESUC), introduce un dato clave: quienes viven en Chile valoran mucho más las medidas empresariales que reducen emisiones en su operación que la entrega de fondos comunitarios.
El experimento de framing: dos caras de una misma empresa
Para explorar estas percepciones, la encuesta incluyó un experimento de framing. A dos grupos de entrevistados equivalentes se les presentó sólo un escenario sobre una empresa minera ficticia de forma aleatoria:
Acción operativa: haber reducido en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero en cinco años, gracias a inversión en energías renovables.
Acción comunitaria: haber entregado fondos a comunidades aledañas para proyectos ambientales como áreas verdes o acceso a agua.
Los resultados no dejaron espacio a dudas (ver Figura 1):
- 69% de valoración positiva para la acción operativa.
- 50% de valoración positiva para la acción comunitaria.
La diferencia revela una ciudadanía que premia lo estructural y cuantificable por sobre lo compensatorio o periférico.
La evidencia técnica: un modelo logístico que habla claro
Para obtener los resultados previamente mostrados, se realizó un modelo de regresión logística para estimar qué factores aumentan o reducen la probabilidad de valorar positivamente las acciones empresariales.
Los hallazgos muestran que (ver Figura 2):
Ser mujer aumenta la probabilidad de evaluar positivamente acciones operativas.
La percepción de que las empresas hacen poco o nada reduce la valoración de cualquier iniciativa que digan realizar.
Quienes rechazan facilitar la inversión también tienden a evaluar peor a las empresas.
El resultado es categórico: El tipo de acciones empresariales y la forma en que se presentan tiene una influencia en la valoración de su actividad.
Al respecto, llama la atención la nula influencia del nivel socioeconómico en esta evaluación, lo que resulta extraño en un país donde la mayoría de los fenómenos presentan diferencias por esta variable. Parece que en este caso, la valoración de las acciones de las empresas va más allá de esta categoría.
A pesar de este resultado global, aún queda por explorar cómo se conjuga la valoración de inversiones operativas para la reducción de emisiones con las expectativas e intereses de las comunidades cercanas. Estas comunidades podrían estar más interesadas en recibir fondos y, al mismo tiempo, evitar nuevas intervenciones en su entorno. Es posible que el interés general entre en conflicto con los incentivos locales.
Ley REP y el desafío empresarial: pasar de la retórica al proceso productivo
El mensaje ciudadano es coherente con los hitos de la Ley REP: no basta con apoyar proyectos comunitarios ni con campañas de sensibilización. Lo que se pide es que las empresas adapten el corazón de sus procesos productivos.
En la práctica, esto debiese llevar a que una compañía minera, energética o de consumo masivo gane más reconocimiento social si reduce emisiones, mejora la eficiencia energética o innova en la gestión de residuos, que si entrega fondos a juntas de vecinos o financia iniciativas verdes puntuales.
Como explica la encuesta, se trata de un “valor en concreto”, que responde a una ciudadanía más informada, ansiosa por el futuro, pero también desconfiada de los discursos simbólicos.
La Encuesta PAIS 2025 deja en evidencia una tensión: los chilenos no se conforman con la filantropía corporativa aunque pueda chocar con algunos intereses locales. La sostenibilidad empieza a medirse en términos de eficiencia, reducción de emisiones y cumplimiento regulatorio, no solo en fondos comunitarios o proyectos aislados.
Para las empresas, esto significa que la comunicación en sustentabilidad deberá ser más transparente, técnica y verificable. Por otro lado, para las personas queda ver si estarán dispuestas a aportar con mayores costos en lo que consumen a su propia demanda.
Contacto: desuc@uc.cl