Siempre escuchamos en investigación cualitativa el recelo de que “son muy pocas personas…”. En este post trataremos de sobrepasar estas desconfianzas en las muestras cualitativas.
Si buscamos alguna noticia sobre investigaciones o estudios, con facilidad aparecen porcentajes, y palabras relacionadas a la “población”, “la gente”, “la opinión pública”; y muchas veces, todo ello asociado a una encuesta. Pero, ¿hay otra manera de conocer lo que piensan o sienten las personas? ¡Por supuesto! Lo hacemos todos los días cuando conversamos con la vecina del negocio, el vecino, la amiga, en fin.
La conversación es una de las herramientas fundamentales de las metodologías cualitativas en ciencias sociales. Pero muchas veces, las investigaciones que las ocupan se ven menos expuestas en los medios, ¿por qué? Bueno, algo vimos en el post sobre muestras cuantitativas, y la desconfianza que existe en las encuestas dependiendo de su muestra.
Las investigaciones que utilizan metodologías cualitativas, se enfrentan igualmente a esta desconfianza ya que muchas veces se cuestionan cuando éstas incluyen “pocos casos”, existiendo cierta ansiedad por “aumentar la muestra” para que no se vea criticada.
Bueno, sí. Y esto por la primera gran diferencia con las encuestas: La metodología cualitativa no busca representatividad. Podemos hacer 100 entrevistas -por ejemplo-, y aún así no será representativa en un sentido estadístico (tampoco una encuesta de 100 casos es necesariamente representativa, ya veremos en los post siguientes de muestras cuantitativas por qué). Y esto, porque la investigación bajo metodologías cualitativas busca comprender cómo el mundo es experimentado, entendido o producido desde los sujetos; más que realizar generalizaciones a una población.
Ahora, igual podemos cuestionarnos cuántos son “pocos casos”, ¿2? ¿5?…para algunas personas hasta 100 pueden ser pocos casos. Dependiendo de dónde nos posicionamos.
Lamentablemente, no hay reglas (“there are no rules for sample size in qualitative inquiry”) como dijera Patton (1990) hace bastantes años. ¿Esto no quiere decir que no deberíamos determinar una muestra?…
No. A menos que estemos hablando de un estudio de caso, o una etnografía clásica -donde a veces un caso es más que adecuado por la profundidad que se logra al considerar tiempos extensos-, sólo uno puede resultar insuficiente para resolver interrogantes de la investigación aplicada.
¿Cómo se sienten las personas mayores de la comuna “figuritas” con el nuevo programa de atención de salud mental comunitaria? ¿Qué piensan las personas trabajadoras de la empresa “juguetes” respecto de su cultura organizacional? ¿Cómo perciben las familias de los niños, niñas y adolescentes estudiantes de la escuela “sílabas” la enseñanza entregada durante las cuarentenas? Bueno, en todos estos casos, entrevistar a una o dos personas (o hacer un grupo focal) no parece ser adecuado, ya que usualmente no hay un tiempo suficiente para profundizar como cuando se usa la etnografía como mencionamos previamente.
Nosotras (en el glorioso equipo cualitativo de Desuc) utilizamos algunas guías que nos entrega la literatura asociada a metodologías cualitativas, y que les compartimos a continuación:
La pregunta directriz u objetivo principal es nuestro faro. Nos orienta respecto del tipo de muestra y cantidad de casos (aunque muchas veces no haya una pregunta tan clara, o se olvide a la hora de pensar en los casos). Si mi objetivo es generar un diagnóstico de cómo se percibe la depresión en adolescentes, sí, necesito una muestra grande. Si, por el contrario, mi objetivo es investigar sobre el grado de interés de los egresados de una carrera particular para continuar estudios de posgrado, probablemente necesitaré una muestra más acotada.
El tipo de muestra es nuestro timón. Nos dice bastante de la cantidad de casos que haremos. Si hago un muestreo de “casos atípicos” probablemente no serán tantos casos (porque imaginamos que nunca hay tantos outliers), a que si hago un muestreo de “máxima variación” donde el objetivo es lograr la mayor heterogeneidad de la muestra (ver más sobre tipos de muestreo en Patton 1990, pp. 169-186).
La literatura del área del conocimiento sobre la que se trata el estudio es nuestro catalejo. Si necesito fundamentar mi muestra o saber cuántos casos hacer, observamos casos referenciales, es decir, si estoy estudiando cómo se genera la implementación de un programa estatal en establecimientos educacionales, voy a ver estudios previos relacionados y observo los rangos de muestras cualitativas (Marshall, Cardon, Poddar & Fontenot, 2015).
Las técnicas de investigación cualitativa son nuestra tripulación, y ojalá siempre haya más de una. Mientras tengamos distintos tipos de técnicas en nuestra “tripulación”, mayor triangulación podremos realizar desde ellas ya que nos permitirán riqueza en los datos. Es distinto entrevistar, por ejemplo, a docentes de aula, a verlos interactuar en un grupo focal; tener ambas miradas es infinitamente mejor.
El tipo de análisis cualitativo es también nuestro horizonte. La forma en que se analizan los datos también influye en el tipo de muestra. Si trabajamos, por ejemplo, con análisis fenomenológicos o narrativos usualmente requieren menos casos porque los análisis son más extensos y específicos, que si trabajamos con análisis de contenido o análisis temático.
Si logramos considerar estos aspectos podremos encontrar algunos tesoros-resultados, cuyo valor depende de qué tan saturados1 estén nuestros datos. Si el tesoro ya no nos sorprende, probablemente hemos terminado la búsqueda.
Así que sí, considerando la premisa que titula este post, pocas personas pueden decir mucho sobre un tema, sobre todo cuando la muestra ha sido construida considerando los elementos que les mencionamos. Cinco, diez, veinte puede ser suficiente… tranquilas/os, no se necesita más.
La saturación para quienes no lo sepan, viene de grounded theory y se ha aplicado en general a la investigación cualitativa para referirse al momento en que los casos no aportan información nueva o la cantidad de información empieza a ser inmanejable. Lamentablemente es un concepto difuso y que ha sido cuestionado (¿la realidad social puede ser completamente capturada hasta el punto de la saturación?) (Denzin, 2010). Sin embargo, se ha mencionado que en vías de alcanzar la saturación se debe considerar tener una muestra rich and thick, es decir, rica en términos de calidad y gruesa en términos de cantidad (Fusch & Ness, 2015).↩︎
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